El festival gijonés dedica uno de los focos de su 59 edición a Sandrine Veysset (Aviñón, Francia, 1967), sin duda uno de los secretos mejor guardados del cine francés contemporáneo.
Tras estudiar literatura moderna, Veysset decidió convertirse en cineasta después de trabajar junto a Léos Carax en Les amants du Pont Neuf. Su exitoso debut, Y’aura t’il de la neige à Noël?, logró el César a la Mejor Ópera Prima francesa en 1996. Después llegarían joyas como Victor … pendant qu’il est trop tard (1998); Martha… Martha (2001), o L’histoire d’une mère (2016).
Desde su primera película, hace 25 años, el cine de Veysset explora un universo femenino poblado por mujeres poderosas en un mundo dominado por el control patriarcal. Su hábil mirada le otorga una identidad propia en el cine europeo, en línea con nombres como Agnès Varda o Chantal Akerman.
Entre el realismo, la magia y lo onírico, su filmografía ofrece narraciones sin convenciones y sin lugar para la contemplación. En opinión de la realizadora, esa marca de la casa emerge en sus películas porque disfruta trabajando los lazos emocionales entre las personas. La propia Agnès Varda enfatizaba “cuán hábil es Veysset para hacernos compartir la confusión y las contradicciones”.