HISTORIAS DEL FICX: Cuando subtitulábamos las películas a mano

Celsa F. San Narciso coordina el departamento de invitados y relaciones públicas del FICX. Es, además, decana y memoria del Festival. Se incorporó en 1986, cuando algunos aún temían un ataque preventivo de la URSS y vivíamos un mundo de citas definitivas, sin móviles, gestionado a base de faxes y notas unívocas, del tipo He bajado a comer, ahora vuelvo.  

Aquellos años (los de esa foto en blanco y negro), las películas aún se proyectaban en celuloide y solía resultar útil traducirlas. Para enfrentarse a las que llegaban sin doblaje ni subtítulos, Celsa se sentaba sola en cualquier lugar de pared amplia donde cupiera un proyector de celuloide, casetera en mano, película en pared. 

Sí, no dudéis ni arqueéis las cejas, es como lo imagináis: le proyectaban la película, que Celsa grababa en casetes para, con paciencia y método, ya de vuelta en casa, teclearla con aquellas máquinas de escribir tan proclives a la transcripción de guiones. 

Durante el Festival, Celsa tenía un palco si la película se proyectaba en el Jovellanos, o una butaca si era en otras salas. Desde allí, micrófono en mano, su voz leyendo ese guion era lo que gran parte del público escuchaba a través de los auriculares. 

–»¿Y cuando ladraba un perro, Celsa?»
 
–»Pues había uno que era muy simpático y decía ‘Guau, guau’ con una u otra entonación». 

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